SOLTAR.... un verbo con poder transformador
- Maria Virginia - Coach

- 23 dic 2020
- 5 Min. de lectura
¡Hola! Hace algún tiempo que no escribo por acá... y me disculpo por eso, sin embargo quiero contarte que la razón de mi ausencia, tiene más que ver conmigo que contigo. Estaba trabajando en mí.
Cada año durante los primeros días del mes de enero, suelo escribir mis resoluciones, sueños y metas para el año que está iniciando, este 2020 no fue la excepción. Además, suelo escoger una palabra, solo una, que represente aquello que quiero atraer, trabajar y desarrollar en mi vida personal y/o profesional, y que resuma los milagros que deseo ver cumplidos en mi vida. Este año, mi palabra fue SOLTAR.
¿Puedes creerlo? Ahora que reflexiono sobre esto pareciera que se trataba de una premonición. Vaya si en este 2020 no aprendí y sigo aprendiendo a SOLTAR. Este año que estamos cerrando, me ha enseñado a ser más liviana, menos apegada y aferrada no solo a las cosas materiales, sino a los pensamientos, creencias y emociones. Este año, me ha enseñado que para poder recibir la bendición, primero hay que soltar y hay que practicar la rendición.

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Puedo decir que antes del 2020, me aferraba muchísimo a mis ideales, mis necesidades irracionales de querer que todo fuera perfecto, rápido, bien hecho y de acuerdo con mis estándares de excelencia y calidad. Creo que también me aferraba a mis rutinas, a mis horarios a mi famoso ¨To Do List¨con cero tolerancia a los cambios o modificaciones. Este año aprendí que los días ¨no productivos¨ también son valiosos, que en la demora muchas veces existe el espacio para reflexionar y ser más creativo, que controlar el tiempo, los resultados y las reacciones de otros es meramente una ilusión.
También aprendí, que SOLTAR es el último paso para lograr la confianza ciega y absoluta, en Dios y en los demás. Cuando te rindes, aceptas que las cosas escapan tu control, y dejas de vivir en el ámbito del otro, tratando de cambiar a los demás, o de cambiar el mundo y te enfocas en hacer el trabajo, hacia tu interior y desde tu interior, empiezas a recibir, abres las puertas a la abundancia, la paz y la felicidad plena. NO LLEGARÁ A TU VIDA BENDICIÓN SIN RENDICIÓN, sin que bajes la cabeza y los hombros, sin que reconozcas tu invalidez, sin que dobles rodillas y voltees tus ojos a Dios.
Este año que empecé con una agenda llena de trabajo con proyectos agendados hasta el mes de julio, me jugó la vuelta cuando en la primera semana de marzo, fuimos confinados a una cuarentena y TODOS mis clientes, me llamaron cancelando mis servicios. Yo, que he trabajado desde mi cuarto año de universidad, y que por muchos soy considerada una adicta al trabajo, me quede sin nada. Durante casi 4 meses, no facturé, no generé... pero sí contribuí. Descubrí que desde mi rol de consultora y Coach, aún podía colaborar de forma gratuita, con empresas, equipos e individuos, me sentí útil y llena de propósito y amor. También re descubrí el valor del trabajo manual, de atender mi casa, de cocinar (algo que no soy buena haciendo), de ser una mamá y maestra 24 horas al día.
Este año, que empecé en mi peso ideal, con mi salud en estado óptimo, me jugó la vuelta, generando demasiado estrés y ansiedad... lo cual me llevó a ganar de nuevo todo el peso perdido y comprometer de nuevo mi salud. Pero también, me demostró que podemos desviarnos de nuestras metas y retomarlas en cualquier momento, con mayor ímpetu, determinación y voluntad. Me enseñó, el poder de la autocompasión, de traer la amabilidad y generosidad a mí misma, de no juzgarme tan duro, de respirar y seguir adelante.
Este año, que inicié haciendo planes sobre fiestas de cumpleaños (Mis 40), viajes y y una lista de cosas que comprar, me jugó la vuelta demostrándome que la verdadera riqueza y abundancia no está en las cosas materiales, sino en los abrazos, conversaciones y espacios que llenas con las personas significativas e importantes en tu vida. Reconecté con el valor de una sonrisa, de una buena conversación, de un abrazo, con la bendición que es poder despertar junto a los tuyos, y dormir con la tranquilidad de que los tuyos están bien, están contigo a pesar de la distancia.
Este año que empecé en GRANDE sintiéndome en control, creyendo que lograría todo lo que quería me demostró en realidad lo PEQUEÑA que soy, lo frágil, lo inválida y lo incapaz. Me re afirmó que todo lo que tengo y soy proviene de Dios, de su gracia, de su amor, de su voluntad. Y descubrí, que mientras más soltaba, más recibía. Que mientras más confió, más se aleja mi miedo... mi ansiedad se desvanece, me encuentro más presente.
Este año todavía no termina, y mi lucha por SOLTAR apenas comienza... aún no encuentro mi palabra del 2021... pero estoy segura que traerá mucho aprendizaje y crecimiento para mi vida. No quiero despedirme sin invitarte a SOLTAR, antes de despedir este año... despídete de aquellos pensamientos que no te sumen, de aquellas relaciones que no te llenen de amor, de aquellas emociones que no te generen paz... de aquellos bienes materiales que te generen apego. Quédate solo con lo que sume, con lo que realmente necesites (y mira que esto es muy poco).
Te dejo con un poema de Anzuna, que resume en esencia el arte de SOLTAR.
SOLTAR Y DEJAR SALIR
No dejemos las puertas abiertas ni el alma desnuda, ni el beso en el aire
No esperar ni desear que la mentira se transforme en cierta aceptar derrotas o esperar desaires
¿Porqué la gente se defrauda tan seguido? si es tan largo el amor y tan corto el olvido somos lo que somos gracias a lo que hemos perdido
No podemos cargar con los recuerdos todo el tiempo valorar la vida actual con lo que fuimos en el pasado tenemos que aceptar el amor, con lo bueno y con lo malo, porque amar es a veces sufrir
La pérdida de los sueños románticos La cancelación de nuestras esperanzas La pérdida de las ilusiones, de la libertad, del poder
Claro que cuesta trabajo soltar aquello que no nunca tuvimos Claro que es trabajoso desligarse y empezar de nuevo
Las ramas de la vida no alcanzan para pasar al siguiente árbol es difícil pensar que ser un adulto sano está a la vuelta de la esquina
que en cualquier momento la enfermedad nos atrapa Que la juventud, es un recuerdo tan lejano que cambiar nuestros cabellos y desarrugar nuestro rostro es una utopía
Muchas veces el dolor es inevitable pero sufrirlo es opcional no vale la pena derramar una lágrima por causas perdidas
La vida termina cuando los sueños se acaban es tan triste irse, sin despedirse de uno mismo el adiós es sólo una mosca que no logra salir de este cuerpo prestado y que hoy se pudre en el olvido
Por eso vive el presente ya que el mañana no existe
Te deseo que este 2021, lo empieces ligero, sin bagaje emocional y libre de todo aquello que te genere apegos, sufrimientos y que te limite. Recuerda que para recibir, primero debes SOLTAR. ¡Felices Fiestas!




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