Las emociones son tus amigas, consejeras y compañeras de viaje, ¿Cuáles llevas en tu mochila?
- Maria Virginia - Coach

- 20 jul 2020
- 7 Min. de lectura
Cada situación, cada momento, te brinda una oportunidad de auto-crecimiento y desarrollo personal y profesional.
Desde el Coaching Ontológico, las emociones son predisposiciones a la acción, que condicionan tus respuestas, decisiones y la forma en la que eliges relacionarte con el mundo. La mayoría de las personas subestima lo útiles que pueden ser las emociones; nunca se dan cuenta de que pueden usar sus emociones para crecer, para sanarse y para alcanzar la vida que quieren vivir. Como te compartí en mi primer post, ¿Y tú que llevas en tu mochila? Hace poco más de un año fui diagnosticada con fibromialgia y artritis reumatoide. Previo al diagnóstico, pase varios años con molestia, dolor crónico generalizado, ansiedad, insomnio y otros achaques que parecían no tener causa física alguna. Me negaba a pensar que era simplemente estrés, pero siendo psicóloga entendía que sin duda alguna la causa de estas molestias tenia una raíz emocional. En este post, comparto contigo como fue mi encuentro con mi mundo emocional y ese momento en el que decidí hacerme amiga de mis emociones, como un primer paso para alcanzar la sanación.


En el proceso de revisar mi mochila, tuve la oportunidad de no solo leer el libro, sino participar del curso EMOCIONES QUE MATAN. Entienda la conexión mente-cuerpo-espíritu que puede sanarle o destruirle , escrito por el Dr. Don Colbert. En sus páginas encontré respuestas, consejos y la inspiración necesaria para sanar mis emociones tóxicas y, recuperar la salud física, mental y emocional de la mano de Dios. Con este post, espero inspirarte y que puedas hacerte amigo de tus emociones, escuchándolas, validándolas, pero sobre todo sanándolas y canalizándolas de una forma más efectiva, que te lleven a mayor plenutiud, salud y bienestar.
Reconoce que Tu no eres tus emociones, vuélvete un observador
Conocer ¿Cómo te sientes? es el primer paso, para tomar el control de tus emociones e iniciar tu proceso de sanación. Para conocer tus emociones debes reconocer que tú NO eres tus emociones. Por eso, es importante prestar atención a lo que dices y cómo lo dices: ¨YO SOY MIEDOSO¨, ¨YO SOY ENOJADO¨, YO SOY ANSIOSO¨,¨ YO SOY RENCOROSO¨... tu no eres ninguna de estas cosas, más bien sientes algunas de esas emociones, como resultado de la interpretación que realizas ante una situación o evento. Por lo tanto, el primer consejo que puedo darte para sanar física y emocionalmente, es prestar atención a lo que dices, las palabras que utilizas, ya que tu lenguaje es generativo y construye tu realidad. El primer paso en mi proceso de sanación fue separarme de la enfermedad y de las emociones negativas, es por esto que si notas siempre dije fui diagnosticada (poniendo la enfermedad fuera y lejos de mi SER), lo contrario a decir SOY enferma, o MI artritis.
Entonces, si no eres tus emociones, ¿Qué son las emociones y qué papel juegan en tu salud, tu bienestar y la calidad de tus relaciones?
Las emociones son energía, que se manifiesta en tu cuerpo, por lo tanto cuida tu vibración
Nuestra mente y cuerpo están relacionados; el modo en que sentimos emocionalmente puede determinar cómo nos sentimos físicamente. Hay emociones que liberan hormonas que a su vez pueden ser disparadores del desarrollo de diversas enfermedades. Lo que tu sientes emocionalmente se convierte en lo que sientes fisicamente. No vivimos una emoción nada más que en nuestro corazón o en nuestra mente, vivimos las emociones como reacciones químicas en nuestro cuerpo y cerebro. Esto es increíble pues para sentirlo en tu cuerpo, primero debiste creerlo, pensarlo y sentirlo en tu corazón.
Una emoción generalmente representa un patrón de pensamiento energizado amplificado y debido a sus cargas energéticas a menudo abrumadoras, no es posible sostener una emoción como el miedo, la ansiedad, el enojo o la tristeza por largos períodos de tiempo, sin que esto te pase la factura. En mi proceso de sanación he descubierto, que debes vibrar con la energía de la emoción, que te acerque al estado de salud y bienestar que deseas tener en tu vida. Por lo tanto, si deseas salud actuar como si estuvieras sano, si quieres ser feliz, debes reír, sonreír, bromear y hacer cosas que te hagan sentirte feliz. Cuando estás en un estado positivo, tienes más energía disponible y esto te da más confianza en todo lo que haces y te acerca más al estado de bienestar y salud que deseas.
Las emociones son simplemente emociones. Nada más. No son ni buenas ni malas y siempre vienen a enseñarte algo
Tus emociones no son malas ni inútiles. Todas cumplen un propósito y una función adaptativa, vienen a cuidar algo, a proteger lo que es importante. Ninguna emoción es mala o buena, todas tienen luces y sombras. ¿Qué hace entonces, que una emoción se convierta en tóxica? La forma en que interpretas las emociones, así como el juego de la culpa en el que te involucras, crea sufrimiento, no las emociones mismas.
Cuando les das demasiado crédito y no te das cuenta de que son solo visitantes temporales pueden convertirse en un estado de ánimo y permanecer tiñendo y pintado tu existencia y experiencias de negro y gris, arragiándose y creando resentimiento. El resentimiento no es más que RE- SENTIR o volver a sentir de nuevo emociones que han dejado de ser vigentes. En mi proceso personal, descubrí que la rabia y enojo, me habían acompañado a lo largo de mi niñez y juventud, pero profundizando un poco más también descubrí que utilizaba esta emoción para esconder la tristeza y en ocasiones el miedo. Me di cuenta que en mi vida, no había mucho espacio para la ternura, y que necesitaba invitar esta emoción a mi vida, trayendo más la autocompasión, paciencia y autocuidado conmigo misma, par luego poder serlo con los demás.
Las emociones no mueren, o las canalizas/expresas, o las reprimes, pero entierras algo que todavía está vivo y no has trabajado.
Cuando experimentas las mismas emociones repetidamente, probablemente significa que tienes creencias que te quitan el poder y necesitas cambiar algo en tu vida. De igual forma cuando guardas continuamente tus emociones y las reprimes estas se vuelven tóxicas y además de filtrar todas tus experiencias, percibiéndolas desde esa emoción, contribuyen a la formación de enfermedades. Mientras más las ignores, más se fortalecerán, por lo tanto escúchalas, traen consigo aprendizaje y sanación.
Cuando repites o te refugias de forma permanentemente en alguna emoción y está se vuelve tóxica, empiezas a notar cambios en los patrones de conducta como: perfeccionismo excesivo, deseo de controlar, duda y autocrítica, cinismo y crítica hacia otros, carácter explosivo, depresión, falta de ánimo, desaliento, falta de energía y concentración, cambio en tus patrones de sueño y pesimismo.
Para entender la profundidad de tus emociones y heridas, necesitas conocer el lenguaje de tu corazón.
El Dr. Colbert sugiere que la fórmula para empezar a sanar las emociones, es hablar con tu corazón (que tiene línea directa con Dios, la fuerza creadora o el Universo, como le llames). Cuando el corazón está en paz o lleno de amor comunicará armonía a todo el cuerpo. En la Biblia se dice ¨No es lo que entra en el hombre lo que lo contamina, sino lo que sale de su corazón (Mateo 15, 16-18).
En mi experiencia personal, te recomiendo:
Inicia siempre tu día empapando tu corazón con gratitud y apreciación por lo que ya tienes.
Deja de señalar tus defectos y concéntrate en tus virtudes.
Decide conscientemente que no sudarás la gota gorda por pequeñeces
Resiste a jugar al policía del universo. No todas las reglas de todo el mundo serán iguales a las tuyas, deshazte del deber ser y de tus creencias irracionales.
Elige pensar en cosas que toquen emociones positivas en ti, concéntrate en ellas, reflexiona en ellas con frecuencia, son tu mejor línea de defensa contra las emociones tóxicas.
Elige la salud como única opción, libérate de las etiquetas y visualízate, relaciónate y actúe como si ya estubvieras sano. Esta es la verdadera fe, actuar como si, no esperar a que el médico te diga que estas sano, sino saberte sano.
Perdona, niégate a pemanecer estancado en la conducta de la otra persona. El perdón no consiste en encontrar alguna cualidad redentora que haga que el otro merezca ser perdonado, es un acto de voluntad y fuerza. Es confiar en la justicia de Dios y que será Él quien sane la herida interna.
Perdónate a ti mismo, en mi proceso esto ha sido difícil pero muy significativo e importante para mí. Cuando acepte que con mis emociones tóxicas, falta de perdón, pensamientos irracionales y falta de autocompasión y autocuidado, contribuir en la creación de la enfermedad, malas relaciones o situaciones difíciles, puede iniciar el proceso de cambio y transformación.
Posiciónate, elige relacionarte desde el amor, y no desde el miedo. Deja de actuar buscando la aprobación o atención de otras personas, dinero o poder. Que tu enfoque principal sea dar, ya sea tu tiempo, dinero, amor o atención.
Practica y ejercita el gozo, el corazón alegre constituye buen remedio. La sonrisa en el rostro puede causar una respuesta en el corazón. El gozo no proviene de las situaciones, fluye de tu voluntad y de las emociones más profundas. Nadie puede elegir sentir gozo por ti.
En conclusión, las emociones son aliadas, vienen a mostrarte lo que necesitas, a guiarte y a acompañarte, para que puedas vivir en gozo, plenitud, desde el amor y la alegría. Cada emoción, tiene una razón y no debes tener miedo de reconocerlas, escucharlas, validarlas y luego canalizarlas de manera que puedas acoger nuevas emociones, nuevos aprendizajes y miradas sobre tu vida, tus relaciones y tu salud. Te invito a que puedas explorar con más detalle el trabajo del Dr. Colbert, en su libro encontrarás mucha evidencia científica y médica, que te ayudará a entender el origen de las enfermedades físicas y emocionales, y algunos consejos para sanar tus emociones de la mano de Dios.
En estos momentos que vivimos de incertidumbre, crisis y mucho temor a enfermarnos, te invito a que te preguntes:
¿Qué emociones han sido mi refugio a lo largo de mi vida? ¿Cuáles suelen repetirse constantemente como un medio de reacción ante los hechos y situaciones que ocurren en mis relaciones, familia o trabajo?
¿Qué mensajes y aprendizajes han traído esas emociones a mi vida?
¿Qué emociones necesito soltar, porque no me ayudan a conseguir lo que mi corazón anhela y necesita? Agradece a estas emociones que en algún momento fueron útiles, respira y déjalas ir.
¿Qué he perdido o dejado de recibir en mi vida, por refugiarme en esas emociones?
¿Qué emociones nuevas necesito traer a mi vida, para vivir de manera más plena, feliz y en paz?
La decisión más racional que puedes hacer, es reconocer que eres un ser emocional.
¡Atrévete a empezar!




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