Deja de sufrir aunque te duela
- Maria Virginia - Coach
- 12 may 2020
- 8 Min. de lectura
¡Hola!
Sí. Leíste bien, el título de este post, es ¿Cómo dejar de sufrir aunque te duela? Puede sonar un poco raro y hasta imposible, pero te aseguro que no es así. Esta es una de las habilidades, que adquirí en el proceso de revisar mi mochila y en este post voy a mostrarte cómo.

Photo by Milada Vigerova on Unsplash
Un par de días después de recibir el diagnóstico que inició mi proceso de transformación y sanación, tuve una conversación que cambio mi vida y que culminó con un proceso de formación y aprendizaje único y sumamente valioso. Una Coach, mentora y amiga, a quien estimo mucho, me habló de cómo el Mindfulness podía transformar mi relación con el dolor y mejorar mi calidad de vida (Gracias Maria Mercedes, por todo su apoyo). Semanas después decidí asistir al Programa MBPM Mindfulness para la Salud, avalado por Respira Vida Breathworks, un curso práctico de 8 semanas, facilitado por mi amiga Coach quien es además Profesora Certificada de Mindfulness.
En este curso, aprendí diferentes técnicas y herramientas que me permitieron dejar de sufrir a pesar del dolor, pero su valor fue más allá de esto, el Mindfulness me permitió cultivar muchos otros beneficios como: mayor compasión, amabilidad, empatía, control de mis impulsos y emociones y algo super importante gestionar mejor mi energía y niveles de actividad. El programa que recibí, se basa en el Libro Tú No eres tu Dolor. Mindfulness para aliviar el dolor, reducir el estrés y recuperar el bienestar, escrito por Vidyamala Burch y Danny Penman.

En este post te comparto algunos de mis principales aprendizajes y tips obtenidos en la lectura del libro y en el programa práctico. Pero, te recuerdo que cada quien tiene una relación distinta con el dolor, el estrés y la adversidad. Nuestra forma de relacionarnos con el sufrimiento y el dolor, está marcada por nuestra historia de vida, experiencias, educación, cultura, edad y los lentes con los que vemos el mundo. Por lo tanto, si tu estas sufriendo y tienes algún dolor físico, mental o emocional no dejes de comprar el libro o mejor aún, inscribirte al Programa MBPM Mindfulness para la Salud (si quieres información del programa que tomé, suscríbete a La Mochila y contáctame).
TIP# 1: DOLOR NO ES LO MISMO QUE SUFRIMIENTO
Dolor: Es el síntoma más frecuente en la especie humana, presente desde el comienzo de los tiempos. Es una de las experiencias más incapacitantes, y que mayor sufrimiento conllevan, incluso tiene una connotación negativa y ha sido etiquetado y catalogado como un castigo o maldición en muchas religiones. Es una sensación que tiene una carga emocional intensa y va a acompañado de una narrativa asociada con la interpretación y sentido que tu le des. Es una consecuencia del daño corporal, resulta de un impulso que, partiendo del lugar en el que se produjo la lesión llega hasta el cerebro. Su intensidad es directamente proporcional al grado de daño corporal. Existen distintos tipos de dolor: agudo, neuropático, crónico.
Sufrimiento: Existen 2 tipos de sufrimiento
- Primario: Compuesto por las sensaciones corporales desagradables (datos en bruto del cerebro), enviados a través del sistema nervioso y asociados a la lesión, enfermedad o problema.
- Secundario: Compuesto por todos los pensamientos, sentimientos, emociones y recuerdos asociados al dolor, entre los que destacan la ansiedad, el estrés, la preocupación, la depresión, la desesperación y la sensación de agotamiento.
El malestar que experimentamos, ante una enfermedad o situación de estrés es la combinación de ambos tipos de sufrimiento. La clave, para dejar de sufrir aunque te duela, está aquí, en aprender a diferenciar los 2 tipos de sufrimiento, eliminando el secundario y gestionando el primario. Cuando no aprendes a diferenciar lo primario de lo secundario, el sufrimiento secundario se vuelve como un amplificador de tu dolor incrementando el volumen y la intensidad del malestar. La ansiedad y el estrés, así como las emociones negativas, potencian tu dolor. Lo contrario también es cierto, si eliminas la ansiedad, el estrés, el agotamiento y las emociones negativas, podrás amortiguar tu dolor e incluso en ocasiones eliminarlo por completo.
TIP # 2: CUANDO TE RESISTES A ALGO, LO FORTALECES
El sufrimiento secundario, muchas veces tiene su origen en la resistencia al dolor. Y esto es algo que no se limita al dolor físico, sino también a los pensamientos, los sentimientos, las emociones, recuerdos y juicios. A través de la práctica del Mindfulness, podrás cultivar la aceptación atenta. Esta consiste en reconocer de manera provisional al menos, que las cosas son como son, permitir y dejar ser, y no resistirte o dejar de luchar.
TIP # 3: CUANDO TU MENTE VUELE, VUELVE SIEMPRE A TU CUERPO
Recuerda que lo más primitivo en ti, es tu cuerpo. Los primeros hombres en habitar el planeta, eran muy hábiles en escuchar a su cuerpo para interpretar señales de peligro. En la medida, en que nuestro cerebro ha ido evolucionando, el pensamiento, las preocupaciones, las comparaciones y los juicios, consumen mucha de nuestra energía y nos desconectan de nuestro cuerpo. El primer paso para practicar el Mindfulness y relacionarte mejor con el dolor y el sufrimiento, es re establecer el contacto con tu cuerpo.
Para esto existen diversas meditaciones, prácticas y ejercicios que pueden ayudarte. Uno de los más importantes y sencillos es aprender a conectar con tu respiración. El efecto de la respiración es tranquilizador porque estimula el sistema nervioso parasimpático y libera muchas de las llamadas hormonas de la felicidad (oxitocina, serotonina, endorfinas), diluyendo la tensión y alentando la curación. Cuando conectas con tu cuerpo, debes dejar de ponerle etiquetas o nombres a lo que estás sintiendo y prestar atención solo a las sensaciones. Te doy un ejemplo: ¨Yo solía despertar en las mañanas con una sensación de adormecimiento en las manos. Este malestar iba avanzando y en ocasiones llegaba a sentir el brazo completamente entumecido. Mi primera reacción era tratar de entender, nombrar y calificar la experiencia, o resistirme a ella. Esto solo empeoraba mi malestar y me llevaba a un espiral ascendente de ansiedad... mis pensamientos y juicios solo agregaban a mi sufrimiento secundario, imaginando escenarios catastróficos en los que perdía la movilidad completa de mi brazo (No estoy exagerando, así era). A través del mindfulness pude acercarme a mi dolor con curiosidad, dejando que este fuera, sin nombrarlo, sin explicarlo, sin acudir al Google, para investigarlo o entenderlo. Respirando y dejando ser, me di cuenta que el malestar disminuía y hasta desaparecía. ¿No me crees? Comprúebalo.
Cuando logras tomar conciencia de que tu mente va un lado oscuro, empiezas a cultivar la atención plena. Dejas de pensar en piloto automático y retomas el control de tu sufrimiento.
TIP # 4: TU NO ERES TUS PENSAMIENTOS
Recuerda que no experimentas las sensaciones físicas como ¨cosas¨ objetivas e independientes, puesto que les añades tu propio significado. Nuestro cerebro aprende a automatizar el sufrimiento, y lo convierte en un hábito. Tu tienes el poder de relacionarte de forma diferente con tu dolor, poniéndole fin a ese espiral de pensamientos, sentimientos y emociones negativas que impulsan tu dolor. Volviendo a mi ejemplo anterior: No es lo mismo pensar ¨Tengo adormecida la mano¨ a pensar, ¨Nunca más podré mover mis manos, seré una carga para mi familia. ¿Ves lo que quiero decirte cuando te explico que la mente nos lleva por un camino oscuro?
Debes de liberarte de la tendencia de pensar excesivamente en tu dolor, detener estos pensamientos y romper con ese círculo vicioso. El Mindfulness te enseña a ver el mundo, como realmente es, no como temes que sea. Recuerda que tu mente es el mayor productor de telenovelas y películas de terror que existe.
TIP # 5: APRENDE A LLENAR TU RECIPIENTE
En Mindfulness, aprendes a ampliar tu perspectiva o tu misión de las cosas, llenando tu corazón y tu mente (recipiente) de nuevos hábitos, creencias y emociones. En este proceso aprendes que lo malo (doloroso) y lo bueno (no doloroso), conviven en un mismo espacio. Tomas conciencia, de que el dolor no es todo en tu vida, no te define. Cuando aprendes a enfocarte y contar tus bendiciones, en lugar de tus síntomas, el dolor disminuye o desaparece. Llenar tu recipiente, no es negar lo malo, es juntar lo malo con lo bueno, trayendo a la conciencia lo agradable, para disminuir lo desagradable. Así, aprendi que en días de mucho dolor, el enfocarme en lo positivo, lo agradable o llevadero, hacían que mi mente dejara de enfocarse en mi dolor. Esto funciona, porque aquello en lo que te enfocas CRECE. En una época en la que me sentía muy mal mi esposo me preguntó una mañana ¿Y hoy que te amaneció doliendo? Esta pregunta me hizo reflexionar, y a partir de ese día decidí preguntarme lo contrario ¿Y hoy, qué es lo que NO me duele? Ese simple ejercicio de darme cuenta que había más salud que enfermedad en mí, me ayudo a sanar mucho más rápido.
TIP # 6: CUIDA DE TUS LIMITES FÍSICOS Y MENTALES
Es importante descubrir ¿Cuál es el ritmo y nivel de actividad que favorece tu salud y cultiva tu bienestar? Para relacionarte mejor con el dolor o estrés, debes encontrar un balance, entre actividad/movimiento y descanso/relajación. Este ha sido uno de los principales aprendizajes del mindfulness para mi vida, tanto a nivel personal como laboral. Cuando te sientes bien, o no tienes dolor, tiendes a abusar de tus límites (bordes) y caes en la hiperactividad. Quieres hacerlo todo ese día, porque por fin amaneciste sintiéndote bien. Sin embargo, el corazón de la atención plena es la compasión y la amabilidad, por lo que en el proceso de aprender a gestionar el sufrimiento y estrés, debes aprender a tratarte con cariño, como tratarías a tu mejor amigo. En mi caso, cuidar de mis límites ha implicado aprender a decir que NO, dejar de criticarme y darme el permiso de cometer errores, abandonar el multitasking, hacer las cosas de forma lenta, tener días inútiles (o poco productivos) y convertirme en una mejor negociadora y gestora de mi tiempo.
TIP # 7: APRENDE A DISFRUTAR DE LAS PEQUEÑAS COSAS
Déjate impregnar por el placer de disfrutar de las pequeñas cosas, cobra conciencia de las experiencias que generalmente pasan desapercibidas. Cultiva el hábito de anotar cada día 10 cosas hermosas que te hayan ocurrido. A través del mindfulness podrás darle el justo valor a un abrazo, una conversación telefónica, una carcajada, una palabra o frase de aliento, la lluvia, la brisa, el sol, la oportunidad de convivir fisicamente en el mismo espacio con un ser querido.
TIP # 8: NO ESTAS SOLO
Definitivamente, uno de mis principales aprendizajes, es aprender a pedir ayuda. Está bien no estar bien, y se vale pedir ayuda. La atención plena, nos ayuda a cultivar la empatía y la compasión y nos impulsa a ser generosos y ayudar a otros. A través del Programa, forjamos una comunidad activa de practicantes de Mindfulness y ha sido muy bonito seguir compartiendo aprendizajes, recursos y herramientas a lo largo de este camino.
Ahora, solo me queda invitarte a que lo intentes. Yo era de esas personas que decía, la meditación no es para mi, estoy demasiado ocupada para sentarme a no hacer nada. Pero, ahora puedo decirte, que ese tiempo que dedicas a entrenar tu atención, a SER y no a HACER, es el mejor tiempo que puedes invertir, puesto que abrirá muchas posibilidades en tu vida, te permitirá reducir tu ansiedad, relacionarte mejor con el dolor y el estrés, fortalecer tu compasión y amabilidad y alcanzar la maestría emocional. ¿No me crees? Haz la prueba.
Date 8 semanas, para descubrir lo que yo ya descubrí. Te invito a comprar el libro de Vidyamala y Danny, quienes además son un ejemplo increíble de que el Mindfulness en realidad funciona. Con el libro, tendrás acceso a los audios y ejercicios de meditación. Puedes comprar el libro a través de está página, en la sección Llena tu Mochila.
Recuerda que aceptar el dolor, no es lo mismo que resignarte, pero la aceptación es el primer paso en tu proceso de transformación, ya que te permite soltar, para poder recibir y acoger nuevas posibilidades. ¡Atrévete a empezar!

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